Hunosa salva su térmica en Asturias con la biomasa

El Consejo de Administración de Hunosa aprobó a finales del pasado mes de diciembre el Plan de Transformación de la Central Térmica de La Pereda, que sustituirá el carbón como principal combustible por biomasa forestal. Se trata de un caso excepcional en un sector que está acabando con el desmantelamiento de todas las plantas de España, entre ellas Compostilla y Anllares, en la comarca del Bierzo. «Se trata del proyecto que garantiza la supervivencia de la principal fuente de ingresos de la compañía y un gran paso en el papel que la compañía pretende asumir en la transición justa a una economía descarbonizada», explican fuentes de la empresa pública, dirigida por el leonés Gregorio Rabanal.

Tras ese primer trámite, el proyecto deberá recibir en los próximos meses la autorización del Consejo de Administración de Sepi, accionista universal de Hunosa, y pasar por el correspondiente proceso de subastas de energías renovables.

El grupo termoeléctrico de La Pereda ha sido el principal exponente de la diversificación que Hunosa decidió emprender ya en los años ochenta y se construyó a mediados de la década de los noventa. Desde su construcción ha sido un ejemplo de central termoeléctrica con menores emisiones de gases con efecto invernadero y a ello se sumó la planta de captura de CO2, financiada por la UE, al estilo de la Ciuden.

Hunosa insiste en que el Plan de La Pereda —cerca de Oviedo— está alineado con las políticas energéticas que se están desarrollando a nivel español y europeo y pretende dar respuesta a un triple objetivo: asegurar la rentabilidad de la central y de Hunosa, contribuir a una economía limpia y sostenible y favorecer la vertebración de la región y comarcas afectadas.

En el Bierzo, Compostilla y Anllares están inmersas en planes de desmantelamiento. Sí hay un proyecto de biomasa, que es el de Forestalia, en el polígono de El Bayo. Casi calcado de lo que está diciendo la Junta en los últimos meses, para impulsar un sector forestal fuerte en la comarca asociado a Forestalia, Hunosa mantiene que su vocación es también «ayudar al necesario impulso de la gestión forestal de los bosques, una asignatura pendiente en una parte importante de los montes asturianos».

Lo que no es igual es el empleo. En el Bierzo se creará con el desmantelamiento; en el caso de Hunosa considera que el impacto socioeconómico del proyecto de la nueva Pereda es muy relevante debido tanto al mantenimiento de los empleos actuales como a la generación de nuevos puestos de trabajo, principalmente derivados de la gestión forestal y tratamiento de la biomasa. Según el proyecto, se mantendrán los 73 empleos actuales en la planta y se estima la creación de 197 nuevos puestos de trabajo.

«El proyecto supone un conjunto de modificaciones técnicas en las instalaciones como la adaptación de la caldera, incorporación de una tecnología que incrementa la potencia neta de la planta con la mejora de la eficiencia del ciclo de refrigeración y un sistema de almacenamiento logístico del combustible. Estas modificaciones requerirán una inversión aproximada de 41 millones de euros», explican las mismas fuentes de Hunosa.

La transformación de La Pereda a la biomasa es uno de los principales proyectos recogidos en el Plan de Empresa de Hunosa 2019-2027, según destaca el presidente de la compañía.

Fuente: www.diariodeleon.es

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