Greenalia solicita autorización para su planta de biomasa

Greenalia solicita al Principado la autorización para levantar en la ZALIA su planta de biomasa. Estima que el escenario creado con la pandemia «va a reforzar este tipo de inversiones». La instalación supone una inyección de 135 millones.

La firma gallega Greenalia sigue adelante con su proyecto para levantar en el polígono de la ZALIA una planta de generación eléctrica a través de la combustión de la biomasa. Tal y como avanzó EL COMERCIO, la instalación se madura con una capacidad máxima anual para la quema de 518.000 toneladas de residuos de materia forestal y una inversión inicial de 135 millones. En términos de empleo, la sociedad estima que en la fase de construcción harán falta mil puestos, entre directos e indirectos, para luego quedar en 100 operarios dedicados a la recogida de la biomasa y 40 más para atender las labores de la planta.

El estallido de la pandemia no ha variado las intenciones de Greenalia. «Mantenemos nuestro interés», recalcan. «Con la covid se va a reforzar este tipo de inversiones en energías renovables. Así lo entendemos desde Greenalia», trasladan sus portavoces.

La maquinaria administrativa sigue avanzando. Según confirma el Principado, Greenalia ha presentado en la Consejería de Industria el proyecto eléctrico y el estudio de impacto ambiental, mientras en la Consejería de Medio Ambiente registró el proyecto para obtener la autorización ambiental integrada. «Ambas consejerías han solicitado a la empresa documentación adicional y cuando se reciba se iniciará un periodo conjunto de información pública», explican desde la Administración autonómica.

La idea es que con la documentación se organice esa consulta pública, y luego se remita las alegaciones recogidas a Greenalia para que las atienda. «Todo ello llevará en torno a tres meses», calcula el Principado. Una vez las respuestas lleguen a Medio Ambiente, hay cuatro meses para emitir la declaración de impacto ambiental y la autorización ambiental integrada.

En este tipo de expedientes es común que los plazos deban ser interrumpidos para solicitar alguna aclaración más. A la espera de ver si se precisan, todo indica que el próximo verano Greenalia podría conseguir luz verde.

Las dimensiones

La información pública que se abrirá es la segunda en este proceso. Hace ahora un año el Principado sacó a consulta pública el estudio inicial. El documento precisaba que la idea es ocupar las seis parcelas más próximas al embalse de San Andrés de los Tacones, totalizando una superficie de 73.891,82 metros cuadrados. La potencia térmica nominal sería de 49,91 megavatios, lo que, de materializarse, elevaría en un 24,7% la capacidad que tiene la región para generar electricidad a base de restos vegetales. Las dimensiones con las que trabaja Greenalia para Gijón son similares a la planta que tiene operando en Curtis-Teixeiro, capaz de abastecer las necesidades eléctricas de una población de 250.000 habitantes.

En documento recibió 13 observaciones firmadas por los consistorios de Gijón y Carreño, el movimiento vecinal, el conservacionista y EdP. El Principado recogió sus dudas y a finales del 2019 las remitió a Greenalia para que las aclarase. Entre otras, instó a «especificar tanto el volumen de material orgánico-vegetoforestal requerido para su funcionamiento, su procedencia geográfica y las proporciones esperadas de cada una de las especies forestales consumidas».

A Ecologistas n’Acción d’Asturies por ejemplo, no le salen las cuentas. Recordó que según un estudio la capacidad de Asturias para generar biomasa es de 260.132 toneladas al año, por lo que sospechan que Greenalia esté pensando en cultivar su propia materia prima o importarla de terceros países, «lo cual anularía cualquier ventaja ambiental del proyecto». Desde la empresa vienen indicando que su idea es buscar pino y eucalipto dentro de un radio máximo de 150 kilómetros de Gijón.

Además del frente ambiental, hay otras dos condiciones. Primero el Principado debe dotar al lugar de una subestación eléctrica y financiar los remates sin los que el Ayuntamiento no concederá los permisos para instalarse en el polígono.

Después está la cuestión financiera. La idea de Greenalia es conseguir en una subasta un precio atractivo para la energía generada en Gijón. Para su planta en Galicia, por ejemplo, logró 99,94 euros por megavatio. Con eso buscaría inversores que cubran el 75% del desembolso inicial.

Fuente: www.elcomercio.es/gijon/

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